sábado, 19 de junio de 2010

La Leyenda del Pájaro Pito

Desde tiempos inmemoriales, la lechuza vuela en la oscuridad tratando de encontrar al pájaro traidor, único responsable de todos sus problemas: el pito. Sus gritos se escuchan entre las sombras pero nadie contesta. El pito está muy escondido. Tiene miedo de mostrarse entre los pájaros honrados y hermosos. Bueno, pero ¿Porqué ocurre esto?.. .¿Qué ha acontecido?. La historia completa es esta.
Hace muchísimos años, cuando los pájaros podían hablar por un especial permiso de Dios, el pito era un horrible pájaro gris, lúgubre y sin gracia, de desmesurado y filudo pico. Y cada mes, cuando la luna llena brillaba y todos los pájaros se reunían en asamblea, el pito saturaba los aires con sus quejas interminables.
Mírenme, mírenme, hermanos gritaba quejumbroso mírenme cuan horrible soy. Los pericos y las loras, con sus alas de esmeralda, brillantes como el agua verde; la garza es blanca como la nube; el canario es amarillo como el oro y negro como el carbón; el tordo hermosamente moteado de blanco y negro; el cardenal, miren qué belleza, es como la rosa bañada en vino; sólo yo soy oscuro, feo y triste, comenzó a llorar desconsolado. El águila que es el jefe de todos los pájaros de la tierra, muy enojado tronó ¡Estoy harto de oir al pito
¡...¡Siempre quejándose, siempre suspirando y llorando!... ¡ Somos lo que somos! Nuestro creador ha tenido a bien dar belleza y majestad a alguno de nosotros; a otros la velocidad, alas poderosas y garras fuertes; a otros una voz hermosa para cantar a la vida; y a otros les ha dado una pronunciada sabiduría.
Todos debemos aceptar lo que él nos ha dado. Debemos sobrellevar nuestra suerte cualquiera que ésta sea. El único vanidoso y sinvergüenza que no quiere aceptar esto y se pasa la vida alegando es el pito... ¡Así es águila! gritaron todos los pájaros.. Pero para que no siga fastidiando, veamos si podemos ayudarle..Tú, lechuza; tú eres muy sabia. ¿Qué dices de todo esto?...¿Hay alguna manera de ayudar al pito a que sea hermoso?. La lechuza que había ganado su reputación de sabia por sentarse en silencio con la cabeza apoyada sobre el pecho y abriendo y cerrando sus brillantes ojos de ámbar, aclaró la garganta y habló con gran parsimonia. ¡ Demos al feo pito, la belleza que busca!. ¡ La belleza como la sabiduría, se puede adquirir dijo sentenciosa que cada uno de los pájaros de colores le dé una pluma al pito. Así nunca volverá a quejarse de su falta de belleza y color, pues llevará en su cuerpo, todos y cada uno de los tonos que se pueden envidiar... ¿Y,...nosotros? –interrumpieron apremiantes los otros pájaros. Nosotros también estamos orgullosos de nuestro plumaje. ¿Por qué entonces nos tenemos que desprender de alguna para satisfacer la vanidad de un pájaro tonto que nunca ha hecho nada para ganarse nuestra generosidad?...
Bueno, todo lo que dicen, es verdad. El pito nunca ha hecho nada por ganarse nuestro cariño y simpatía... ¡Es verdad! Gritaron los pájaros.
¡Calma, calma! Volvió a decir la lechuza.
Esta vez el pito tendrá que ganarse nuestro aprecio desempeñando una misión especial.
¿Qué hará?! Interrogaron los pájaros.
¡Será nuestro mensajero!. ¡¡Bravo! gritaron a voz en cuello los asambleístas.
¡ Cuando nuestro hermano, el águila, desee reunirse con nosotros, sólo tendrá que enviar al pito para que nos convoque. El se encargará de avisarnos a todos. ¿De acuerdo? Preguntó la lechuza.
!De acuerdo! ¡gritaron los pájaros al unísono.
¿Concluido, pito? Preguntó el águila.
¡Claro, hermano, claro! Contestó entusiasmado el pájaro gris. ¡Con mucho gusto!.
En este momento, cada uno de los hermosos pájaros de lindo plumaje, se arrancó su más brillante pluma y se la puso al pajaro gris. En un santiamén lo cubrieron del pico a la cola de las más atractivas y finas plumas encamadas, amarillas, bermellonas, lilas, celestes, verdes, doradas, blancas, azules, plateadas, negras, marrones... Cuando concluyeron, el pito
estaba recubierto de mil colores como un mágico arco iris. En ese momento era el más bello de la tierra, de los aires y de las aguas relucientes...
!Nunca se había visto un pájaro tan hermoso!.
¡Oh!..¡Qué bonito soy!...!
Qué bonito soy! gritaba el pito fuera de sí, contoneándose ostentoso.
Cuando el águila levantó la sesión, sin siquiera una palabra de agradecimiento, el pito se perdió por los aires, ostentando el boato de su abigarrado plumaje de vivísimos colores.
No había pasado mucho tiempo. Horas solamente, de aquel acontecimiento, cuando el pájaro pito, incapaz de cumplir su promesa, muy pronto se arrepintió de lo hecho. El único pensamiento que lo dominaba, era su nueva apariencia. Todo el tiempo se pasaba mirándose al espejo de las tranquilas aguas de una laguna murmurando
«Qué bonito soy»...»Qué bonito soy»
Nunca el malagradecido, entregó un mensaje. Cuando algún pájaro lo necesitaba para pedirle un servicio, se escondía entre las paredes y roquedales, negándose a contestar las llamadas.
Un día, deseoso de reunirse con todos los pájaros del mundo, el águila ordenó al pito para que convocara a toda la familia alada, pero el pajaro vanidoso ni siquiera intentó obedecerle. En lugar de cumplir con el encargo, se entretuvo horas enteras, mirando el brillo de su plumaje en el reflejo de las aguas, gritando...»Qué bonito soy».. «¡Qué bonito soy!»
Así llegó el día de la asamblea. Cuando el águila llegó al lugar del concilio, no encontró a ninguno de los pájaros del mundo!. ¡A ninguno!.
Iracundo salió como una flecha por los aires y ¡pajaro que encontrara, pajaro que era castigado!.
¿Acaso no fueron convocados para la Asamblea?.
¡No, hermano águila, no...¡No sabemos, nada!!! –respondieron en coro.
Rabiosos todos los pájaros del mundo se pusieron a recriminarse mutuamente. Los gritos desaforados eran de condena para el maldito pito que no había cumplido con citarlos. Igualmente, ciegos de ira maldecían a la lechuza por haberlos involucrado con semejante pillo. Tantos y tan sonoros fueron los gritos que Dios los escuchó allá arriba. Frunciendo el ceño, como nunca, el Supremo dijo:
¿Por qué el don de la palabra que les he concedido, lo usan tan mal? Y extendiendo sus manos santas hacia la tierra, colérico como nunca sentenció:
¡No hablareis más!...¡ Indignos sois de este preciado don de la palabra!! Desde ese mismo instante las voces furiosas de los pájaros se convirtieron en sonidos discordantes y varios; en agudos gritos, desagradables graznidos y una bulla que desde entonces no ha cesado.
Sólo algunos pájaros que se ganaron el aprecio de Dios conservaron la dulzura de sus trinos.
¡Tú, pito malvadado!. Serás el mensajero de la muerte. Sólo cuando veas a los hombres rodeados de la muerte, cantarás!...¡Tu vanidad será castigada severamente: Volverás a ser gris y feo como la muerte. Sólo tu sangre servirá para combatir a la parca, por eso te perseguirán. Y como siempre te has escondido, escondido en los tapiales de los muros y los cementerios, vivirás hasta que la oscuridad cubra la vida!...¡En cuanto a tí lechuza, sólo de
noche podrás salir de tu escondite sólo de noche!.
Dicen que desde entonces, el pito anda fugitivo, escondiéndose en los muros y en las rocas. No quiere encontrarse con la lechuza ni con el águila. En cuanto a la lechuza, su vigencia de vida se ha restringido a las horas nocturnas.

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